By: Nessy (Vanessa Heegaard)
El incidente que viví recientemente me llevó a reflexionar sobre una cuestión fundamental: ¿cómo se ha distorsionado el concepto de empoderamiento femenino en la sociedad actual? Hace poco, después de lanzar la página de Instagram de Sosias y compartir el proyecto en mi perfil personal para difundirlo, recibí un mensaje inesperado de un viejo amigo que ahora vive en el extranjero y con el que no había hablado en mucho tiempo. Su pregunta me tomó por sorpresa:
"¿Desde cuándo te convertiste en feminazi?"
Para aquellos que no están familiarizados con el término, según Wikipedia, "feminazi" se usa de manera peyorativa para desacreditar al feminismo en general o a ciertas feministas, especialmente aquellas percibidas como radicales, argumentando que el feminismo no busca la igualdad entre hombres y mujeres.
Perpleja por su pregunta, le pedí que me explicara por qué me etiquetaba como "feminazi". Su respuesta fue aún más desconcertante: "Pues con esa empresa tuya nueva, SOSIAS, ¿no se trata de feminismo?"
Mi amigo, al igual que muchos en la era digital actual, no entendió el propósito detrás de Sosias. No se tomó el tiempo para investigar y comprender nuestra comunidad. ¿Cuándo y cómo el empoderamiento femenino se ha equiparado erróneamente con el nazismo?
Sosias fue creada con un propósito claro: construir una comunidad sólida de mujeres emprendedoras que a menudo carecen de los recursos, el apoyo y las herramientas necesarias para hacer realidad sus sueños. Nuestro objetivo es empoderar a las mujeres, brindar visibilidad a sus emprendimientos y apoyarnos mutuamente en el camino hacia el éxito.
Es importante destacar que contamos con un grupo extenso de hombres que nos apoyan y estamos profundamente agradecidas por su contribución a esta colmena. El feminismo no es sobre la superioridad de un género sobre otro, sino sobre la igualdad de oportunidades y el respeto mutuo. En Sosias, estamos comprometidos a promover esos valores y a construir un mundo donde todas las personas, independientemente de su género, tengan la oportunidad de prosperar.
La normalización del término "feminazi" es preocupante y potencialmente dañina debido a su carga peyorativa y su objetivo de desacreditar el feminismo y a las mujeres que lo apoyan. Al usar esta palabra de manera casual o humorística, se trivializa la lucha por la igualdad de género y se desvirtúa el verdadero propósito del movimiento feminista.
Además, al asociar el feminismo con ideas extremistas o radicales, se desvía la atención de los problemas reales que enfrentan las mujeres en la sociedad, como la discriminación, la violencia de género y la desigualdad salarial. Esta normalización puede perpetuar estereotipos dañinos y dificultar la construcción de un mundo más equitativo y justo para todos. Es importante reconocer el impacto negativo que puede tener el uso irresponsable de este término y promover un diálogo respetuoso y constructivo sobre las cuestiones de género.
Es fundamental tener precaución al utilizar términos que se han vuelto comunes en la sociedad sin comprender su origen o significado real. La lucha por la igualdad de género, el apoyo a mujeres emprendedoras y la creencia en el poder femenino no se equipara al concepto de "feminazi". Normalizar este término puede desvirtuar el verdadero propósito del feminismo y generar estigmas innecesarios que socavan los esfuerzos por la equidad de género.
A medida que nuestra colmena sigue creciendo y más abejitas se unen a ella, continuaremos forjando una comunidad sólida y unida, donde la discriminación no tiene cabida y la fuerza reside en la unión. Concluyo esperando no ser etiquetada nuevamente como "feminazi", ya que mi propósito, aunque radical, se fundamenta en la colaboración y el apoyo mutuo.
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